domingo, 11 de septiembre de 2011

AZATHOTH (SERGIO FRITZ ROA)

Han danzado muchos soles en la bóveda oscura. Estirpes divinas han fenecido, esparciendo sus cenizas en pestilentes océanos. Sí, todo cae y se destroza en el tiempo, como vaso de vidrio en el pavimento. Mas no Azathoth, quien vigila más allá de los eones y aúlla -como lobo enloquecido- desde un vórtice monstruoso.
¡Loas al eterno! ¡Loas por su Infame Sangre!, dicen sus acólitos mientras hacen el Signo Antiguo. Ellos, ansiosos esperan la Hora en que puedan ver Su Rostro. Pero ellos no saben que tal petición implica su propia muerte; pues todo pasa, menos el cántico fúnebre de Azathoth, que es una sinfonía eterna, cuyo inicio es desconocido y cuyo término lo es también.

Nadie sabe si algún día el Dios morirá. Las leyendas de Akhad, nos relatan que un día llegará el Gran Fin, el ocaso de los Dioses del que hablan las Eddas germánicas. Ese día será temible, y el cielo estallará. Si Azathoth cae, la maldición reinará sobre el mundo. Pero si triunfa, todo será Azathoth. Todo será una jauría de furia y sangre.

Tal vez aquel día jamás llegue, y su fatalista interpreta
ción sólo sea parte del folklore de la gente...Aunque, ¿ qué mortal ha podido alejarse más allá de su tiempo, y conocer el Día Final, para asegurar que no será como lo dicen los acólitos de Azathoth?

(Poema escrito el año 2001)

LA RIMA DE LUGH MORIS (SERGIO FRITZ ROA)

A veces me visita la nostalgia
Y rememoro los galeones surcando los Mares Infinitos,
Esas aguas esmeraldas
Que son descanso y vida para el marinero.
A veces me visita la nostalgia
Y rememoro los días de alegría en Tut-Ma-Zal;
El sabor primaveral de las frutas del Valle de Nyamlaz;
La brisa que baja desde las montañas de Uzbram
Y que es néctar para los sentidos;
A veces me visita la nostalgia
Y escucho el sonido seco y vibrante del choque de las espadas;
Los golpes infernales de los mazos;
El grito de la victoria…
A veces me sorprendo tarareando una canción de juventud
Que creía olvidada
Hoy mi mundo es fibra del pasado
Mis manos son trémulas
Y la vista no alcanza a llegar a los límites de antaño.
Mas mi mente vuela
Y alberga intactos los recuerdos
De días que no volverán
De hazañas y orgullo sublime que hicieron de mi nombre signo de respeto
En todo Khadhir.
Sí, ¡en todo Khadhir!
A veces mi mente vuela,
Y soy otra vez
Ese gigante esculpido por las leyendas
Y cantado por los bardos.
A veces.

VINO DE ZACCROVIA (SERGIO FRITZ ROA)

¡Venid, amigos de antiguos combates!

¡Venid, pues, y contad esas raras leyendas que en Occthuqan aprendiste de labios mustios y medrosos!

¡No dudéis en cantar,
Pues la muerte muere con la melodía que entonan
los espectros!

¡Oh, estirpe del Averno!
Y ahora, mis camaradas, si queréis, descansad vuestros hombros,
Pues la tumba es lugar cálido para quienes vagaron exhaustos por yermos y lejanos poblados,

Buscando el fuego y la brisa,

El amor fugaz y el silbido de las espadas.

Lo sé, poco ya podéis hacer en esta hora.
¡Bebamos, entonces, el vino de Zaccrovia, manantial del guerrero,

Manjar que lleva a la paz eterna,
Pasaporte directo a la región donde no florecen los amaneceres,

Sino un eterno crepúsculo;
Que, por cierto, será, nuestra última batalla!

EN KHADIR (SERGIO FRITZ ROA)


Albas son las cumbres que acechan las regiones mortales de Khadhir.
Umbrales pétreos que semejan cruces sobre lápidas.
"¡Nadie regresará desde aquel país, cerco de lo numinoso!",
- advirtió una vez la Pitonisa de Thelos -.
Nadie – agrego-, salvo los buitres.
Pues maldita para los hombres es la tierra donde habita el Gusano Perseguidor.
Quien, junto a su inmunda prole, roe la carne desde la noche de los tiempos.
Suaves cánticos no se escucharán en los valles malditos de Khadhir.
Mujeres vanidosas de su pálida belleza no danzarán bajo la luz de las tres lunas,
De acuerdo a ritos primigenios.
Sólo espectros habrá.
Vagas formas prematuras, desvanecidas.
Anhelantes de sueños cálidos.
De crepúsculos e inciensos.
¡Cuando mucho los intrusos espiarán la frontera!
Pues si ingresan, no podrán huir -¡nunca más salir!-
De las regiones mortales de Khadhir.
Donde albas cumbres acechan.
Umbrales pétreos que semejan cruces sobre lápidas.

miércoles, 7 de septiembre de 2011

MELANCOLIA ARCANA (SERGIO FRITZ ROA)





He seguido tus pasos
Y rastreado cual vigía tus miradas
Anhelantes de otros soles,
Anhelantes de otros bríos.


Mas sumido en melancolía arcana prosigo este camino
Desechadas las promesas,
Cambiadas las estaciones de mi alma,
Una a una,
Trastocadas.


Y así, aunque otrora temeroso de la noche,
He ingresado en castillos arruinados, laberintos y mausoleos
Para,en fantasmal compañía, meditar sobre este ocaso.


Para escuchar una vez más ese rumor de tus labios
Que no proviene de esta era.


Que es eterno
Que es hielo.


Que es inmenso.
Que me clava.




Sergio Fritz Roa, 2 de diciembre de 2008

A TERESA WILMS MONTT (SERGIO FRITZ ROA)



Teresa:
Ojos grandes. Palpitantes.
Como tu vida, sangrante.
La mirada disparada a otros mundos:
Tus sueños.
¡Ah, esos sueños de seda, amor, semillas y árboles otoñales!

Añoras a tus hijas, de las que se te despojó.
Añoras al océano, que un momento deseó hacerte dormir para siempre.
Añoras al joven amado, que fue eclipsado por tu fuego.

Bella fuiste (¡esa, tu maldición!).
Todos te admiraron, quisieron, crucificaron.
Chilena cual reina caminando en Buenos Aires, Madrid, París…
El mundo pudo ser tuyo; pero insensata fuiste para tu tiempo.
Dejaste, sin embargo, una estela violeta que trasciende las décadas.

Rebelde.
Nostálgica.
Siempre cercana a la inquietud del mármol, y al cuervo que se yergue sobre éste.
Tal vez esa cruz en tu cuello de la cual nunca te alejabas…
Un aviso. Un destino.

Teresa:
Viajaste, huyendo de ti misma,
Pero olvidaste que la Tierra es un círculo asfixiante,
Si no hay amor.
Por eso, cortaste tu vida,
Ya exhausta.

Dolor
Ausencias

La mirada disparada a otros mundos:
Tus sueños.
Esos que tejiste cuando estuviste enclaustrada por mandato familiar;
Que expresaste en tu poesía lunar;
En tu voz impresionante.
Tus sueños.

Ahora, solo duerme, Wilms Montt.
Que tu ángel-niño Anuarí
Te recibirá,
Para besar los cofres que resguardan esos ojos grandes.
Palpitantes,
Como tu vida,
Como tu ansiada muerte.
Iquique, 24 de Julio de 2011

SALUDOS INTEMPESTIVOS

Los quiero invitar a mi blog de poesía. Aquí hallarán algunos de mis poemas.

Me inspira el crepúsculo, la sonrisa de un niño, la lucha del hombre por vencer los obstáculos, la magia de la mujer, el ancho Océano Pacífico, la fantasía y los mundos antiguos.

¡Sed bienvenido, peregrino!