Umbrales pétreos que semejan cruces sobre lápidas.
"¡Nadie regresará desde aquel país, cerco de lo numinoso!",
- advirtió una vez la Pitonisa de Thelos -.
Nadie – agrego-, salvo los buitres.
Quien, junto a su inmunda prole, roe la carne desde la noche de los tiempos.
Suaves cánticos no se escucharán en los valles malditos de Khadhir.
Mujeres vanidosas de su pálida belleza no danzarán bajo la luz de las tres lunas,
De acuerdo a ritos primigenios.
Sólo espectros habrá.
Vagas formas prematuras, desvanecidas.
Anhelantes de sueños cálidos.
De crepúsculos e inciensos.
¡Cuando mucho los intrusos espiarán la frontera!
Pues si ingresan, no podrán huir -¡nunca más salir!-
De las regiones mortales de Khadhir.
Donde albas cumbres acechan.
Umbrales pétreos que semejan cruces sobre lápidas.
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